lunes, 18 de noviembre de 2013

historia

El restaurante abrió sus puertas en 1980
          El Restaurante el Faro abrió sus puertas el 1 de junio de 1980. Los tres amigos y socios, José Navarro Calderón, José López Fuentes y Francisco Martínez Fernández –el Rubio, el Caracol y Paco-, pusieron mucha ilusión y entusiasmo en la apertura del restaurante. Barajaron varios nombres y, finalmente, dada su proximidad al histórico faro de Santa Pola, decidieron bautizarlo como  Restaurante el Faro.




          Situado en el kilómetro 89 de la carretera nacional 332 Cartagena-Alicante, había sido en un principio un concesionario de compra-venta de coches de segunda mano. Los tres amigos lo transformaron en un agradable restaurante que pronto comenzó a recibir a todo tipo de gente y familias que acudían a su barra a tomar calamares, pescaditos y mirinda. Con el paso del tiempo el restaurante se fue ampliando y transformando en un espacio acogedor, tranquilo y de trato familiar, ante todo.
          La fatalidad hace que uno de los tres amigos, Paco, nos abandone. El restaurante, convertido ya entonces en una gran familia entre dueños y empleados, se viste de duelo y, apoyados los unos en los otros,  consiguen seguir  adelante. Con el tiempo, José López y José Navarro decidieron  separar sus caminos laborales y explorar el mundo de la restauración con  otros puntos de vista y con el apoyo de sus respectivas familias. De esta manera, José Navarro Calderón, el Rubio, junto con su esposa, Josefa Pallarés Navarro, y sus hijos, toman las riendas de el Faro con mucha ilusión,  iniciándose de esta manera una nueva etapa en la historia de este restaurante.




          Y ya han pasado 33 años desde que se sirviera aquí el primer arroz banda. Es casi una vida y el secreto es muy simple: “Amor con amor se paga”. El intentar hacer las cosas con cariño es primordial, y escoger siempre la materia prima de primera calidad, fundamental. Está claro que nadie es perfecto y es por eso que siempre hay que buscarle el lado positivo a todas las cosas y aprender de los errores, que te hacen mejorar y ser más fuerte. Y de esto, la gente que por aquí pasa se da cuenta, y es por eso que regresa. Nuestros clientes, lo mejor de la casa. Y es que los clientes han pasado a ser amigos. Muchos han celebrado con nosotros sus nupcias, después los bautizos de sus hijos y ahora la comunión. Los hay que vienen de bien lejos de vacaciones y, año tras año, no dejan de pasar a hacernos una visita. Es entonces cuando te das cuenta de lo que pasa el tiempo, cuando vienen y te presentan a los nuevos miembros de su familia. Y, ante esto, nosotros nos sentimos muy orgullosos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario